Posidonia y laminarias: dos pulmones submarinos en el Mediterráneo y el Atlántico

En el fondo del mar existen dos ecosistemas que desempeñan un papel crucial en el equilibrio ecológico de nuestros mares: las praderas de Posidonia oceanica y los bosques de laminarias, como Laminaria hyperborea o Laminaria ochroleuca.
Aunque habitan regiones diferentes —la posidonia es endémica del mar Mediterráneo, mientras que las laminarias dominan aguas más frías del Atlántico—, ambas aportan beneficios ecológicos que son esenciales para la vida marina y la salud del planeta.
¿La principal diferencia? la posidonia es una planta, con rizomas, hojas y flores y un crecimiento lento aunque sostenido si no sufren agresiones externas, y las laminarias son algas, de crecimiento más rápido y estacional.
A pesar de ello las dos desempeñan papeles parecidos en cuanto a valor ecológico.
1. Captura de carbono y oxigenación del agua
Tanto la posidonia como las laminarias captan carbono y oxigenan el agua.
La Posidonia oceanica actúa en el largo plazo, sus rizomas acumulan materia orgánica durante siglos, formando estructuras que retienen carbono y sedimentos. Según el proyecto LIFE Posidonia, estas praderas pueden almacenar hasta 1.500 toneladas de CO₂ por hectárea.
Las laminarias, por su parte, tienen un crecimiento más rápido, lo que implica una captura de carbono más inmediata, aunque menos persistente en el fondo marino. Algunos estudios señalan que los bosques de algas pueden capturar entre 150 y 600 gramos de carbono por metro cuadrado al año.
2. Refugio y biodiversidad
Ambos hábitats proporcionan refugio, alimento y zonas de reproducción para numerosas especies marinas.
- Las praderas de posidonia son auténticos viveros: acogen peces juveniles, cefalópodos, crustáceos y moluscos.
- Los bosques de laminarias ofrecen una estructura densa que favorece la biodiversidad bentónica. Muchas especies atlánticas, desde erizos hasta peces como el cabracho, se desarrollan entre sus frondas.
En ambos casos, la pérdida del hábitat implica una drástica reducción de la biodiversidad.
3. Protección costera y estabilidad del sedimento
Las praderas de posidonia reducen la energía de las olas y estabilizan el sedimento, protegiendo las playas contra la erosión. Son auténticas arquitectas del paisaje litoral.
Las laminarias también tienen un papel en la atenuación del oleaje en zonas rocosas, actuando como barrera natural y reduciendo el impacto directo sobre la costa, aunque con menor efecto sobre sedimentos arenosos.
4. Indicadores de salud del ecosistema
Ambos sistemas son bioindicadores sensibles a los cambios ambientales:
- La posidonia responde rápidamente a la turbidez, la contaminación y la alteración de fondos por fondeos o construcciones. Su degradación es señal de alarma ecológica.
- Las laminarias se ven afectadas por el calentamiento del agua y la eutrofización, y su desaparición en algunas zonas del Cantábrico es un síntoma preocupante del cambio climático.
5. Retos específicos
Aunque la posidonia cuenta con una protección que no afecta a las laminarias (actualmente se prohíbe el fondeo en las praderas con el fin de facilitar su recuperación) el cambio climático y el aumento de la temperatura del agua aparece como el problema común y más preocupante de ambas especies.
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